martes, 23 de abril de 2013

Hipótesis enseñanza presencial / enseñanza en línea

En esta entrada quiero volcar el resultado de una de las actividades interactivas que se plantea en el segundo módulo del curso, El tutor como planificador. Aunque esta actividad consistía en la elicitación de nuestros conocimientos previos, se nos proponía la lectura de un artículo para su resolución.

Barberà Gregori, Elena (2005). “Los fundamentos teóricos de la tutoría presencial y en línea: una perspectiva socio-constructivista”. En Educación en red y Tutoría en línea.

Disponible en:


A pesar de que el artículo me ha gustado y tiene consejos muy prácticos para la autorización en línea, considero que algunas de las cuestiones que se plantean aquí como especificidad de la tutoría en línea, no son privativas de este tipo de entorno de enseñanza, si no que más bien responden a un ideal socio-constructivista de la educación, sea esta en línea o presencial. Así pues, algunas de las dicotomías que se presentan en este artículo, en el sentido de oposición entre los dos entornos, yo no las entiendo como tal. Creo que se trata más bien de una intersección, aunque sí que es cierto que algunos aspectos determinados pueden hacerse más visibles o evidentes en la enseñanza en línea. Hecha esta reflexión previa, cuelgo aquí, como decía, el resultado de mi actividad que, en algunas cuestiones, se aparta de la fuente bibliográfica que debíamos manejar.

Consigna: Escriba brevemente las diferencias en la labor del profesor/tutor en la enseñanza presencial y la enseñanza en línea. Al finalizar el módulo, vuelva a la actividad y reelabore sus respuestas si lo cree necesario.


Enseñanza presencial
Enseñanza en línea
Organización del tiempo
(del tutor y del alumno)
El profesor gestiona el tiempo dentro del aula y hace una estimación del tiempo que le llevará al alumno la resolución de tareas en forma de deberes para casa.

La disponibilidad del tutor se restringe al aula (tiempo de docencia), así como al tiempo de tutorías. Sin embargo, cada vez es más común que tenga otras “obligaciones” o “implicaciones” de tipo asincrónico: correo electrónico, redes sociales, etc.

El tiempo de autoestudio del alumno, en principio, estará inscrito normalmente en el currículo en forma de créditos ECTS, pero el alumno es libre de distribuirse este tiempo.

Por otro lado, las planificaciones de las sesiones son más susceptibles de alterarse: hay mayor flexibilidad en función de las necesidades que se plantean en el día a día del aula. Hay también más posibilidades de hacer modificaciones en la marcha del curso: ampliar material, aumentar actividades para reforzar un punto, etc.

Al transcurrir las sesiones de forma sincrónica, es más sencilla la organización del trabajo cooperativo en el aula.

Conclusión: A pesar de haber una planificación general previa, que conocen tanto el tutor como los alumnos, hay mayor flexibilidad en la gestión del tiempo, lo que da cabida a posibles modificaciones.
El profesor es, en principio, el gran gestor del tiempo, del suyo propio y del alumno, puesto que marca a priori unas pautas de distribución del tiempo del alumno en relación con las actividades formativas que se planteen (ya sean actividades interactivas, colaborativas o foros y chats).

Al dejar fijados los hitos del curso (principios y finales de módulos, entregas de trabajos) desde un principio, se elimina de entrada la posibilidad de negociar fechas. El tiempo extra que se pueda dar, cosa aconsejable, no figura de manera explícita en los calendarios compartidos por tutor y alumnos.

A la planificación del curso, de las sesiones por parte del tutor, a su presencia en los foros y en los chats, hay que añadir el tiempo que este tiene que dedicar al seguimiento individualizado de los alumnos y al monitoreo de sus participaciones a través de distintas herramientas (correo, respuestas en foros, chats y otras). Todo lo que sean necesidades individuales, hay que satisfacerlas de manera adicional, sin que se resienta la estructura y planificación del curso, pudiéndose tomar nota de posibles modificaciones para ediciones sucesivas.

El tiempo de autoestudio del alumno se amplía, como consecuencia de la multiplicidad de recursos con la que se le provee y de la escasez de instrucción magistral a la que estamos habituados. Además, las respuestas a sus preguntas, suelen ser de tipo procedimentales o a través de la provisión de recursos y/o fuentes de información, con lo que tendrá que ir probando estrategias y soluciones por su propia cuenta.

Al transcurrir las sesiones de forma asincrónica es más difícil organizar eventos cooperativos: franjas horarias.

Conclusión: la planificación es crucial y está más cerrada a negociaciones y modificaciones, de modo que la ayuda extra supondrá implicación adicional del tutor y del alumno.
Participación de los alumnos
Una vez creado un clima de cohesión y pertenencia al grupo, será fácil conseguir la participación de los alumnos, intentando sacar las iniciativas de interacción de la esfera del tutor y que sean los estudiantes los que entablen conversación entre ellos.

El tutor animará a la participación que puede redundar positivamente en la evaluación de los estudiantes. Si es así, lo hará saber al comienzo del curso.

Es más fácil hacerse con la personalidad de los alumnos gracias a la interacción cara a cara, por lo que se pueden detectar casos de mayor timidez y actuar en consecuencia para no ejercer demasiada presión sobre estos estudiantes.





Es más difícil de entrada crear de forma natural una sensación de pertenencia a grupo que incentive la participación.

Sin embargo, la participación es crucial aquí, porque es una de las claves para evaluar el progreso y desempeño de los alumnos, así como para hacerles el seguimiento.

El formato ideal de participación es que los estudiantes acaben respondiéndose y resolviendo las dudas entre ellos mismos y que tomen la iniciativa con sus participaciones

Me parece difícil detectar casos de timidez en la enseñanza en línea, puesto que quizá los silencios de algún alumno pueden interpretarse como no implicación. Es fundamental aquí el desempeño del tutor a la hora de diagnosticar y gestionar este tipo de casos.
Socialización de los alumnos
La socialización ocurre per se, porque las sesiones se producen en el aula que es un microcosmos y, por ende, una sociedad y una cultura en sí misma.

Es fácil que se den casos de cooperación que desemboquen primero en compañerismo y luego en amistad. Es fácil también acabar en la cafetería compartiendo intereses y preocupaciones de forma natural.
La socialización es más artificial, porque solo se cuentan con las herramientas del sistema para lograrla:

-          foros
-          chata
-          mensajería privada

Cada herramienta tiene o debería tener su especificidad, por ejemplo, no debería suceder que para saludar a un amigo, usemos el foro en lugar del correo electrónico

El foro de Cafetería parece indispensable para favorecer esta socialización mediada por ordenador. Sin embargo, como alumna, no me resulta tan natural entrar allí a tomar un café y empezar a hablar de cómo me siento. Al menos, todavía no me sucede, pero estoy en camino. Tengo/tenemos que acostumbrarnos/aprender a explotar más esta herramienta/espacio de la cafetería
Planificación del curso
Más abierta a la negociación



Especificación de derechos y obligaciones, actividades individuales, cooperativas, optativas y obligatorias. También de la evaluación

Se tiene que hacer pública al principio del curso, pero solo de forma general
Cerrada a la negociación. Lo que surja como necesidad, se suplirá de forma extra

Especificación de derechos y obligaciones, actividades individuales, cooperativas, optativas y obligatorias. También de la evaluación

Se tiene que hacer pública al principio del curso, y a detalle. Es necesario contar con todas las actividades que van a componer el curso e ir publicándolas a medida que se suceden los distintos módulos. Para mí, como alumna, sería mejor poder contar con el material de todos los módulos.
Desarrollo de las estrategias de autonomía en el aprendizaje
El componente metacognitivo debe estar presente en los materiales y actividades y hay lugar en las sesiones para explicitar este componente. Es importante que la docencia presencial oriente el aprendizaje hacia una autonomización del alumno en el supuesto de que no haya desarrollado estrategias de autonomía de forma previa al curso. En el caso de que cuente con ellas, seguirá tratando de que dicho alumno avance en este proceso de autonomización, diversificando y ampliando su abanico de estrategias
Contar ya como alumno con unas estrategias mínimas de autonomía en el aprendizaje, si no un requisito previo, sí que es algo más que deseable. Esto probablemente redunde positivamente en los índices de éxito y/o abandono de los cursos en línea (el contar con experiencia previa).

Las respuestas del tutor y/o de alumnos a las preguntas de otros alumnos deben estar orientadas a la autonomización de los mismos. Por ello, serán respuestas principalmente de dos tipos:
a) provisión de fuentes de información para la auto-resolución de la duda (resolución guiada)
b) procedimentales

el tutor deberá asegurarse, por distintos canales, de que efectivamente, la duda ha quedado resuelta.
Papel del profesor
Gestor, facilitador y mediador del conocimiento, aunque también se espera de él que provea de instrucción formal (conocimientos declarativos y procedimentales, principalmente).

Diseñador de materiales en distintos soportes
Gestor, facilitador y mediador del conocimiento. Proveer de fuentes de información y de recursos a los estudiantes. Dotar de protocolos de actuación para transmitir su saber procedimental.

Diseñador de materiales en distintos soportes y adaptador de materiales en soporte tradicional al digital (aunque habría que matizar mucho más esto último)
Adaptación del curso a las necesidades de cada alumno (estilos de aprendizaje, fines, gustos e intereses)
Es más sencillo llevar a cabo análisis de necesidades antes y durante el desarrollo del curso para implementar cambios y mejoras o para adaptar los contenidos y materiales a los gustos e intereses del grupo y/o de cada uno de sus integrantes.

La interacción cara a cara facilita además un seguimiento del grado de satisfacción de los alumnos con el curso y el profesor.
El seguimiento de cada uno de los alumnos será una de las labores principales del profesor, en forma de retroalimentación, de estímulo positivo, de monitoreo de actividades. Aquí entra su capacidad para detectar necesidades, gustos e intereses. Paradójicamente, aunque la planificación y temporalizaciones estén cerradas, puede darse el caso de que en el on line se den más ocasiones para la personalización de contenidos a través de las preguntas que va recibiendo el tutor o de las cuestiones que se plantean en los foros. Este es un punto, en cierta manera de improvisación, en el sentido positivo, o si se prefiere, de negociación de contenidos.

La interacción, principalmente por escrito, hace más difícil que el alumno se atreva a mostrar una posible insatisfacción con respecto al curso, contenidos y/o desempeño de su tutor. Es más violento mostrar desacuerdo, con lo que es más difícil estimar y evaluar el grado de adecuación y de satisfacción del alumnado para con los distintos planos del proceso de enseñanza-aprendizaje en línea

Como objetivo final, me marco el volver sobre esta actividad al final de esta formación para poder tomarme el pulso de cómo voy progresando en mi aprendizaje y también para ver si las creencias aquí plasmadas han sufrido algún tipo de evolución.

Última actualización, 16 de abril de 2013

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